Niños nerviosos. Padres más nerviosos aún. Esta es la noche mágica que muchos esperan y otros tantos odian. El final de la Navidad.
Notaba a Moo algo inquieta hoy, más de lo habitual. No paraba de dar vueltas de un lado a otro de la cama, pensativa, dedicando constantes miradas a algún punto en la pared.
- Ese agujero, María... ¿cuánto tiempo lleva ahí ese agujero?
Lo recordaba perfectamente, aquel agujero había sido producto de mi torpeza habitual, después de tener una cita con mi amigo Martini seguidas de un encontronazo con Don Hipo al salir del taxi de vuelta a casa.
- Pues no sé exactamente, Moo, - mentí - la verdad es que nunca me había fijado. ¿Por qué te perturba?
- Llevo un tiempo sintiéndome rara, como si alguien me estuviera vigilando. Esta noche vienen los Tres Reyes Magos y, la verdad, es que he pensando que tal vez no he sido demasiado buena este año. No lo sé. Yo creía que sí, pero ahora me entra como una duda. He reflexionado sobre todas esas cosas que hice y no hice, en todo lo que he dicho y en lo que debería haber dicho. La verdad es que he puesto triste a algunas personas este año, yo creo que ellas no lo recuerdan, pero ahora yo sí lo hago y, siendo sincera contigo, me ha entrado un poco de miedo, María.
- No te preocupes Moo, has sido buena. De la misma manera que la lluvia en verano es buena para las plantas pero no para la gente que está en la playa. Tú tómate este vaso de leche calentito y duérmete, que si no los camellos se asustarán de verte despierta y pasarán de largo. Ya verás que bien nos lo vamos a pasar mañana.

Tu duérmete Moo, que de la ilusión me encargo yo.
Notaba a Moo algo inquieta hoy, más de lo habitual. No paraba de dar vueltas de un lado a otro de la cama, pensativa, dedicando constantes miradas a algún punto en la pared.
- Ese agujero, María... ¿cuánto tiempo lleva ahí ese agujero?
Lo recordaba perfectamente, aquel agujero había sido producto de mi torpeza habitual, después de tener una cita con mi amigo Martini seguidas de un encontronazo con Don Hipo al salir del taxi de vuelta a casa.
- Pues no sé exactamente, Moo, - mentí - la verdad es que nunca me había fijado. ¿Por qué te perturba?
- Llevo un tiempo sintiéndome rara, como si alguien me estuviera vigilando. Esta noche vienen los Tres Reyes Magos y, la verdad, es que he pensando que tal vez no he sido demasiado buena este año. No lo sé. Yo creía que sí, pero ahora me entra como una duda. He reflexionado sobre todas esas cosas que hice y no hice, en todo lo que he dicho y en lo que debería haber dicho. La verdad es que he puesto triste a algunas personas este año, yo creo que ellas no lo recuerdan, pero ahora yo sí lo hago y, siendo sincera contigo, me ha entrado un poco de miedo, María.
- No te preocupes Moo, has sido buena. De la misma manera que la lluvia en verano es buena para las plantas pero no para la gente que está en la playa. Tú tómate este vaso de leche calentito y duérmete, que si no los camellos se asustarán de verte despierta y pasarán de largo. Ya verás que bien nos lo vamos a pasar mañana.

Tu duérmete Moo, que de la ilusión me encargo yo.
2 comentarios:
yo y Cat también queremos un vaso de leche calentita, porfa.
montonesdemiausdandosaltitos
¡Qué entrada mmás tierna! oohhh
Publicar un comentario