Acerca de las imágenes...

Por falta de originalidad, tiempo, etc tomo prestadas algunas de las fotos de mi blog. Para acceder a la página del autor de las mismas solo hay que hacer click sobre ellas.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Manos frías

Amelia siempre tuvo una atracción especial por cierto tipo de drogas nocturnas. Era adicta a las sobredosis de amor etílico, a la luna llena y a hacer manitas tras una máscara de Carnaval. Le gustaba jugar con fuego bajo el influjo transitorio de inconsciencia que le producían sus vicios. "Manos frías, amor de un día", le repetía su madre. Supongo que el calor circundante atenuaba el frío de sus extremidades, así que ella aprovechaba esos momentos para enamorarse rápidamente.

Porque sí, Amelia también se enamora, y esto se puede considerar una confesión. Se enamora hasta la médula.

Eso sí, el romanticismo siempre le duraba lo mismo que le duraba el colocón de testosterona. Hasta que salía el sol y le golpeaban la voz ronca, el aliento mañanero y la falta de conversación… Hasta que tener las manos calientes implicaba estropearse el flequillo de tanto sudar. Hasta que sus sensores captaban un exceso "absurdo" de amor.

A veces la cosa se alargaba, sobretodo si se topaba con el sapo incorrecto. Ese sapo extranjero, casanova, dubitativo y culo inquieto. Ese sapo que no se transformaba en príncipe porque no quería o no podía serlo.

just the way I am

jueves, 1 de marzo de 2012

Lovesong

Todo es bonito al principio, dicen. Nubes, unicornios y mariposas. Todo es rosa hasta que te toco y te dejas. Hasta que alargas el brazo. Y es entonces cuando morimos sin haber nacido.




martes, 7 de febrero de 2012

A minha perfeita pancreatite

Poco a poco voy cortando el cordón umbilical. Poco a poco.

La realidad me va soplando en la cara y se hace más evidente. "Déjalo ir", me dice. Y por primera vez, ante la inminencia de un encontronazo y con mi falta de tiempo como aliado, aflojo la soga.

Dejo la mente en blanco y, al ayudarte a morir, en mi recuerdo, te haces más evidente. Tus marcas más profundas, tus expresiones más nítidas. Mis manos en tu frente. Tu cara, como de gato.

Extiendo los brazos y me aferro a todo lo que mi memoria no elimina. Y mi "yo" cuerdo me grita que no hay plan B. O te olvidas o "te olvidas".

No hay vida más allá de tu complicación. Y "no" es "no".
La ¿última? puñalada a mi rabiosa incredulidad.