1. Te miro. ¿Cómo pude?
Ya me has visto flaquear demasiado por nada. Por todo. Te prometo que no volverá a pasar. Dame dos días de párpados caídos. Dos días de lo-sientos y ya está.
(No. ¡No está! Látigo con pegamento... )
2. Y tras la cortina celeste echo un ojo a otra parte. Atrás, bastante atrás. Y te veo, mocoso. Y te odio por barrerme y dejarme con tu/mi porquería en un rincón. Nuestra mierda, al fin y al cabo. Sin más cervezas. Sin un mísero café.
¡Guárdate tus momentos para quien los quiera!
3. Nos levantamos, Catalina. Eso nunca falla. Coge mi mano y ¡hop! (like a red panda). Porque "el mundo no es de todos. Es tuyo y mio. Es mio y tuyo y nada más".

¿Sigue en vigor la moneda que dejamos en el fondo de la fuente?
1 comentario:
Levantarse siempre funciona, el cómo y el cuándo... ah, Mr Tiempo es el que lo sabe, dicendicendicen.
Una vez más el tiempo, esa cosa que no nos deja en paz ni un segundo.
Tiempo, ni odios ni amores hacia él. Resignación. Ceder a sus ¿encantos?
Cafés arrinconados, cervezas desgasificadas para cuando se puedan tragar. Tarde o temprano (el tiempo entra aquí otra vez).
Latigos con pegamento, nunca. Lo segundo pasa (nunca se sabe cuándo hará falta), lo primero sólo en algún momento que otro... (you know)
Eres guapa, ¿lo sabías? Guapa de las de verdad no de esas guapas porquesí.
¡Jjjjjjjjpuj!
Publicar un comentario