Te veo cruzar líneas intermitentemente. Te veo pasar las piernas, las manos o el cuerpo entero a través de límites que tú misma pusiste. Te veo pasar y luego retractarte. Presión. Presión. Te llevas las manos a la cabeza. "No debí", dices, "No debí, pero no lo pude evitar".
Te dejas llevar. Saltas. Te enamoras. Te ciegas. Bailas. Te desenamoras. La vida en rosa, con un 15% de graduación. Dices por decir. Sientes por sentir. Sonríes con los ojillos entrecerrados. Sonríes y no oyes. Sonríes y dejas de ver.
Giras en mitad de la pista, pasando de 15 a 40 en 1 hora. Abres los brazos y vuelas. Ay! Qué bien sienta!
Y luego llega la mañana y el frío te golpea con los primeros amagos de luz y de consciencia. Maldita consciencia.
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