Acerca de las imágenes...

Por falta de originalidad, tiempo, etc tomo prestadas algunas de las fotos de mi blog. Para acceder a la página del autor de las mismas solo hay que hacer click sobre ellas.

viernes, 29 de mayo de 2009

Remolineando

Entre hipo e hipo recorrí la oscuridad mientras el viento enmarañaba, indiscriminadamente, cada uno de mis cabellos. Caminaba con el corazón en un puño, mirando al cielo ennegrecido por la luna y escuchando el sonido de las hojas secas que, aburridas, mataban el tiempo rozando el suelo, elevándose y cayendo. Ese sonido me recordaba que en algunas ocasiones yo también fui buena y mitigaba el dolor de las heridas de mi espalda.

Esa noche "silenciosa" me hizo creer que tal vez, dentro de poco, yo empezaría a ser auténticamente yo, más que un yo a expensas de tus expectativas. Dejaría de ser yo condicionada y, por tanto, condicionante. Esa fue la noche en la que, una vez más, volví a decidir que ordenaría mi desordenada vida ¿o era al revés? Da igual.

Fue entonces cuando recordé que había decidido empezar a actuar en consecuencia de lo que pensaba. Algo complicado, pues implicaba alcanzar un grado de conciencia que resultaba, en ocasiones, bastante desagradable para mis sentidos. Esto significaba que todo lo que no pudiera alcanzar, hacer, recordar se debería a una incapacidad intrínseca más que a una falta de fluidez "transitoria".

En esos momentos, mientras las hojas revoloteaban en la noche, recordándome el sonido de esa mariposa moribunda a la que ya no se si salvé o dañé más, pensaba: "este... este sería el momento". ¿El momento de qué? Ni yo misma lo sabía. Tal vez de retraer mis zarpas para así tratarte con el cariño que te merecías. Habría sido el momento si tú hubieras tenido forma, olor, rostro o nombre.

En otras circunstancias ese podría haber sido el momento ideal para regalar mi alma al primer desamparado que me ofreciese un poco de morfina.